JUEVES SANTO
"Hagan esto en conmemoración mía".
En la tarde el día Jueves Santo, iniciamos el Triduo Pascual,recordando y reflexionando lo ocurrido en la Última Cena de Despedida de Jesús, llena de emoción y significado y en la noche después de la cena:
1. El Señor Jesús, que vino a servir y no ser servido, con humildad lavó los pies de sus discípulos, dándoles el mandamiento nuevo del amor, del servicio humilde.
2. Cuando estaban comiendo, con amor les dirigió las últimas palabras y los últimos gestos (su testamento), instituyendo la Eucaristía y el Orden Sagrado.
3. En la noche, después de la cena, Jesús sabiendo que su hora estaba cerca, mientras oraba en el Huerto de Getsemaní, fue traicionado por Judas Iscariote y arrestado.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 11, 23-26:
... el Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo, tomó pan y, pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo:
"Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en conmemoración mía".
Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo:
"Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; cuantas veces beban de él, háganlo en conmemoración mía".
Lectura del santo Evangelio según S. Juan 13,1-15
Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo... Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la mesa, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en un lavatorio y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido... Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo: "¿Comprenden lo que he hecho con ustedes? Ustedes me llaman "el Maestro" y "el Señor", y dicen bien, porque lo soy. Pues si yo, que soy el Maestro y el Señor, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros; les he dado ejemplo, para que lo que hice con ustedes, ustedes también lo hagan".
Comentario:
Estamos invitados a vivir este día con una intimidad profunda familiar, para fortalecer nuestra fe, hacer de nuestras familias una iglesia doméstica y hacer de nuestros corazones este espacio y este templo donde vive y actúa DIOS. La Iglesia nos invita este día a renovar nuestra fe en Jesús, quien en su amor por la humanidad se hace el Pan de Vida eterna en cada Eucaristía, para un mundo hambriento de amor, paz y justicia. Este año en el Jueves Santo no podemos acudir a las iglesias, pero Jesús no está de cuarentena y siempre su corazón permanece abierto a todos nosotros. Es una oportunidad para celebrarlo desde dentro, unidos con los creyentes de todo el mundo. Podemos encontrarlo en la profundidad de nuestro corazón, escuchar su Palabra, unirnos a Él y recibir su Paz, porque su Amor nunca cambia ni termina. En estos días de dificultades y en todas las pruebas de la vida, Él es nuestra fuerza. No estamos solos y unidos a Jesús venceremos entre nosotros la desesperación y el miedo. Escuchando a Jesús y preguntándole qué quiere el Señor de nosotros, vamos a darle el sentido de salvación a las cosas a nuestra vida, a lo que nos pasa y a lo que acontece. Jesús es la fuente y saciará nuestra sed de felicidad, le va a dar el rumbo y el sentido a nuestra vida. Como a los apóstoles, el Señor nos pide a nosotros también vigilar, orar con Él y profundizar en el servicio. La oración y la unión siempre nos fortalece para resistir cada momento difícil y Jesús nos salvará una vez más en nuestra vida. Él no falla jamás y nos ama hasta el extremo. Su ejemplo de entrega y sus palabras nos animan a ser uno en Él y amarnos unos a otros como Él nos ha amado.
Compromisos y signos:
-Cenar en familia y luego leer el pasaje de la institución de la Eucaristía (Jn 13,1-15).
-Concluir con un momento de la oración. Que cada uno(a) en este día agradezca tanto bien recibido de Dios a lo largo de la vida. Y pida la fuerza para amarlo a Él y a todas las personas con un amor más fuerte y efectivo que las palabras. Tengamos una actitud y un modo de vivir permanente del "re-bajarnos" para ayudar a los demás y del servicio sin miedo.
-Preguntémonos si hemos sido fieles a esta tarea de amor y pidamos perdón a nuestros seres queridos en la casa por nuestras faltas al amor fraterno, de romper los vínculos de unidad y de amor.
- A lo posible seguir la Eucaristía a través de los medios y hacer la comunión espiritual. En estos días de cuarentena no es posible recibir a Cristo en forma sacramental, pero si uno desea recibir a Jesús, se le puede recibir espiritualmente, pronunciando la siguiente fórmula con fervor, demostrándole a Jesús el deseo sincero de estar con Él. Con la comunión espiritual, Jesús nos dará las gracias que necesitemos en ese momento para ser fieles a nuestra misión de ser testigos del Amor de Dios.
Comunión espiritual: